El centro histórico de la capital de Portugal, que comprende algunos de sus barrios más emblemáticos y sus atmósferas más típicas, no es la única etapa obligada para quienes visitan Lisboa. Alejándose del centro, se encuentran otros imperdibles atractivos y lugares de interés.
Belém
La freguesia de Santa María de Belém se encuentra en la desembocadura del río Tajo, a unos seis kilómetros del centro de la ciudad y aproximadamente a dos kilómetros del Puente 25 de Abril. Además de ser una zona perfecta para pasear, Belém cuenta con algunos de los monumentos más espectaculares de la ciudad, siendo la más emblemática en cuanto a patrimonio relacionado con la época de los descubrimientos.
En el año 1502 empezó la construcción del Monasterio de los Jerónimos, majestuoso complejo que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, “siendo ejemplificación del arte portuguesa en todo su apogeo”. Es Patrimonio UNESCO también la Torre de Belém, probablemente el monumento más famoso de la ciudad: situada en la desembocadura del río Tajo, fue construida entre 1514 y 1520, para conmemorar la expedición de Vasco de Gama.
Aunque es mucho más reciente, también el Monumento a los Descubrimientos está relacionado con la época: erigido en 1960, conmemora el infante Enrique el Navegante, quien descubrió Los Azores, Cabo Verde y Madeira. Además de importantes monumentos, el barrio alberga una auténtica “institución” de la ciudad, la famosa pastelería histórica Pasteis de Belem: todo turista que se respete debe probar los deliciosos pasteles, cuya receta sigue siendo un secreto.
Parque de las Naciones
Para conocer la cara más moderna de la ciudad, hay que visitar esta área que se extiende junto a la ribera del río, siendo el resultado de un amplio proyecto realizado con ocasión de la Exposición Mundial de 1998. Situado cerca del Puente Vasco de Gama, que con sus 17 kilómetros de longitud es el más largo de Europa, el Parque de las Naciones ofrece múltiples atractivos, contando con una amplia oferta de ocio – bares, restaurantes, salas de espectáculos – y también atracciones culturales.
Entre los lugares de interés destacan el Oceanário de Lisboa, que es uno de los mayores acuarios de Europa, acogiendo cada año un millón de visitantes; el Pabellón del Conocimiento-Ciencia Viva, museo interactivo de ciencia y tecnología; la vanguardista Estación de Oriente, diseñada por Santiago Calatrava, y el puerto deportivo de la Marina de las Naciones.
Playas en Lisboa
Por encontrarse en el estuario del río Tajo, la ciudad de Lisboa como tal no cuenta con playas, pero en la región metropolitana se encuentran varias opciones para los amantes del mar: las playas más próximas son de fácil acceso desde la ciudad, sin embargo quienes desean disfrutar de algunos días a orillas del océano pueden optar por alquilar un alojamiento en las zonas más bellas del litoral. La playa más cercana a Lisboa es la de Santo Amaro de Oeiras, a donde se puede fácilmente llegar en tren, con la línea de cercanía de Cascais.
Las mejores playas se encuentran alejándose de la desembocadura del Tajo: al oeste de la ciudad, partiendo de la margen derecha del río, se encuentran la popular playa de Carcavelos y la Costa de Estoril, esta última caracterizada por bellas playas y una amplia oferta de infraestructuras turísticas; mientras que al sur del río Tajo se extiende el impresionante arenal de la Costa da Caparica, un conjunto de 30 kilómetros de playas, las preferidas de los lisboetas.
Gracias por la foto a Mafalda2001 – Imagen destacada artículo por Paulo Mudar