Muchas personas han decidido viajar a África en algún momento de sus vidas, una experiencia que sin duda es inolvidable, pero en esta ocasión nos vamos a quedar en la zona del norte para conocer Argelia, un destino turístico que debemos conocer al menos una vez en la vida.
Preparando una ruta por Argelia
Una de las mejores ideas que podemos tener para conocer Argelia es organizar una ruta, pero evidentemente, la zona más interesante y atractiva para la mayor parte de los casos es la costera, partiendo cerca de la frontera de Marruecos y finalizando en la frontera con Túnez.
En este recorrido encontraremos una amplia variedad de lugares interesantes e incluso pasaremos por las dos ciudades más importantes de Argelia que son Orán y Argel.
Orán, una ciudad tradicional
Cuando hablamos de Orán nos tenemos que hacer a la idea de que vamos a encontrarnos con una ciudad mucho más tradicional que otros puntos de Argelia, y es que se trata de un lugar que no resulta apto para todos los gustos, pero sí es cierto que nos ayuda a conocer un poco mejor el fondo de la cultura argelina.
Argel, una muestra de avance social
Pero por otra parte, si optamos por pasar unos días en Argel, comprobaremos que no existen tantas diferencias como imaginábamos en un principio con otras ciudades de los continentes americano o europeo, y es que con tan sólo dar un paseo por la zona centro nos daremos cuenta de que la cultura ha ido cambiando a pasos agigantados, dando clara muestra de una importante evolución que los ayuda a adaptarse al siglo XXI.
La gastronomía en Argelia
Pero no todo va a ser satisfacer nuestro sentido de la vista, ya que nuestro paladar estará esperando en más de una ocasión recibir algunas de las bondades que Argelia pone a nuestra disposición.
Lejos de la idea de que en estos países se come mal, lo cierto es que en Argelia no ha habido lugar alguno en el que no haya disfrutado con un fantástico pescado fresco, los típicos platos de revuelto de patata con carne que curiosamente me recordaban mucho a las hamburguesas de una conocida empresa de comida rápida, sus pucheros y un sinfín de platos típicos que irán variando conforme vayamos avanzando a lo largo de nuestra ruta.
Eso sí, lo que nunca me ha llegado a convencer son los refrescos típicos, ya que quizás tienen un sabor algo químico y son excesivamente dulces, pero como todo, depende del paladar de cada uno de nosotros.
Una experiencia fantástica que tuve la oportunidad de vivir fue conocer a varios marineros que habían finalizado su faena, y dada la reconocida hospitalidad de los argelinos, finalmente me invitaron a que esa noche acudiese al puerto para degustar un fabuloso caldo de pescado que prepararían con leña.
Sin dudarlo ni un momento me dirigí para allá y la verdad es que me abrió los ojos de una manera sorprendente, teniendo aún a día de hoy una imagen fantástica tanto del pueblo argelino como del entorno increíble que conocí durante mi aventura.
Argelia y los tópicos
Pero una de las mejores lecciones que puede aprender tras mi experiencia en Argelia es que para nada se puede vivir con tópicos, ya que en ningún momento conocí ningún tipo de situación ni costumbre relacionada con lo que fuera del país la gente suele creer, y pese a tratarse de una ciudad que todavía tiene que crecer y adaptarse mejor a las nuevas tecnologías, la verdad es que me sorprendió ya que tenía la sensación de encontrarme en cualquier país europeo durante mis semanas de estancia en Argel.
Gracias por la foto a Olga Berrios
Autor del artículo: J. Valverde